Una entrevista a los que hicieron LA TARUMBA a
propósito de la temporada en Arequipa con GALA.
Estela
Paredes Medina es cofundadora y Directora de Gestión y Desarrollo de La
Tarumba. Realizó estudios de administración en EE.UU (Alverson Business
College), para luego centrar su formación en las artes escénicas dentro y fuera
del Perú, ampliando posteriormente sus conocimientos en educación, gestión
cultural y gerencia. Fue parte del elenco artístico de La Tarumba por 20 años y
tuvo a su cargo la Coordinación Pedagógica, para después concentrarse en la
administración de la organización, proyectando una gestión con componentes
empresariales y orientados a su sostenibilidad. En esta conversación nos cuenta
un poco de la historia y de los sueños que hicieron esta exitosa empresa
cultural.
Como
sientes volver a Arequipa
Estoy muy emocionada de volver a mi tierra, ella
me inspiro como fuente de mi infancia, de
mi juventud, yo hacía mis picnics en el rio Chili, mis escapadas
también, como todo escolar no iba al colegio y venia aquí cuando el rio era más
limpio y la ciudad estaba llena de campiña, yo he crecido en lo que ahora es
Miraflores y en esa época eran puras chacras,
mi vecino estaba lejos, había que irse en triciclo o en burro.
30
años de trabajo, un aniversario importante. Para ti ¿Que es la Tarumba ahora.
Es un sueño
realizado, un sueño que se ha ido construyendo de a pocos, una
característica nuestra, hacer las cosas con calma, sabiendo caer y volver a
levantarse, confiando muchísimo en nuestra capacidad y confiando en el Perú
como país, como contexto y como necesidad, el Perú ha sido nuestra principal
motivación. La Tarumba nace en el 84, en el momento más fuerte y más grave de despertar
a una guerra interna y definitivamente eso nos tocó profundamente y nos enseñó
a ver la vida también como una lucha.
Que
recuerdas de tu primera época, de clown, de aquellos espectáculos como UPA LA
ESPERANZA.
Cumplir treinta años como que nos ha permitido caminar hacia atrás con el
recuerdo y la memoria, dimensionar lo que realmente fue, definitivamente a
pesar de lo duro que era la vida, los recuerdo con la mayor satisfacción, gratificación
y alegría, en esos momentos de muerte, violencia, desesperanza, hacer un espectáculo
como esos, hablar de la crudeza de la realidad desde la perspectiva de la esperanza fue una manera también
distinta de manifestar una postura. Decir: No vamos a mirar solo lo malo de este
país, esta nuestra cultura, nuestra vida como peruanos también tiene cosas
bellas y eso hay que rescatarlo, fortalecerlo
y pegarle hacia adelante, eso fueron esos espectáculos minimalistas,
pequeños.
Hay
un quiebre en su historia, dan un salto cualitativo y se convierten en lo que hoy día son, una gran empresa cultural
de marca. ¿Cuando sucede este quiebre?
Se da cuando descubrimos después de toda esta
primera etapa, los 15 primeros años, que nos encontramos de pronto en un
esquema de gobierno y una política autoritaria, dictatorial, vertical y en la
que también nos vimos que nos despojaban de nuestros aliados que en esos momentos
eran la cooperación internacional, eso lo sufrimos todas las organizaciones
culturales, entonces nos vimos con un
mano adelante y la otra atrás y con un batallón de gente con el que nosotros
trabajábamos en los barrios de Lima y no
íbamos a decirles vamos a abandonarlos porque no tenemos dinero, luchamos con
ellos y creamos la manera de hacerlo, y creo
que ese quiebre fue importante porque de pronto esa creatividad que nosotros teníamos
en el escenario o sobre la escuela que íbamos construyendo, la pusimos también
en la gestión, dijimos: Bueno vamos a ver cómo hacemos, si países del primer
mundo ven nuestra propuesta artística educativa como algo potencial, porque
íbamos a Europa a hacer talleres, nos
valoraban y preciaban en la dimensión que tenían, entonces
hay que gestionar en nuestro país, decidimos empezar a crear
empíricamente un modelo de gestión, pegamos la mirada a cómo eran las historias
y las construcciones de las empresas
exitosas, empezamos con la ferretería
que había frente a nuestro local, donde venían todos, nos poníamos a hablar con
el dueño y le preguntábamos como había hecho, como llevaba su contabilidad y
realmente empezamos en la práctica concreta
de todos los días.
Nosotros no sabíamos que estábamos haciendo una
construcción de marca, hasta años después
que tuvimos la oportunidad de ganar una beca para hacer un curso de
gerencia en la universidad del Pacifico y allí nos enteramos que lo que
estábamos haciendo era gerencia moderna de esas que se estaba aplicando en las
empresas más grandes y teníamos una ventaja, nosotros habíamos crecido desde lo
humano, desde mirar, valorar que el mayor capital que puede tener una organización
o una empresa es el capital humano, como
artista y artistas del arte escénico eso lo teníamos inherente
incorporado.
Es
cierto que muchos aun no entienden ese valor, se piensa el desarrollo como
construcción de infraestructuras, cemento y no en el desarrollo humano. Hablemos
de la escuela.
A partir de esa gestión pudimos desarrollar mucho más la escuela que está
compuesta principalmente por programas sociales, que son íntegramente gratuitos, pudimos
adquirir la capacidad de subvencionarlos nosotros mismos, no teníamos forma de
captar fondos de otros lados, se
convirtió en un programa social que hoy en día
lo financia la Tarumba en el 88% y
el resto lo adquirimos de la empresa privada, de sus áreas de responsabilidad social.
La escuela en un momento se focalizo en los
jóvenes, encontramos la posibilidad de desarrollar con ellos, que sean agentes
de cambio, que puedan ser formados con
las herramientas que podemos brindarles y después ellos puedan adaptar a sus necesidades y volver
a sus comunidades y aplicar con otro niños y con otros jóvenes
Nos concentramos en dos programas, uno de
formación básica que se llama el CIRCO INVISIBLE donde captamos a jóvenes que sobre todo denotan un perfil de liderazgo,
que ya están trabajando en sus comunidades, son cursos mucho más cortos, orientados
a lo que esos grupos de jóvenes necesitan. Este programa esta ampliado no solamente
a gestores culturales sino a cualquier joven que quiera mejorar su calidad y su
competencia para enfrentar el campo laboral y su capacidad de emprendimiento.
Y el otro programa está más enfocado al formación
en el circo profesional y esto ya dura más
tiempo, tres años y medio, ambos programas son gratuitos y estamos creciendo,
ya venimos atendiendo a 1,200 jóvenes, y lo más grato es que más del 90% de
estos jóvenes están incorporados en el campo laboral o haciendo su gestión cultural
o creando organizaciones con esa capacidad y ese empuje que han podido adquirir
en esta formación y el sueño que tenemos ahora es que esto se multiplique potencialmente geométricamente
es nuestra ambición, es super que la carpa se llene, que el público venga, pero
esto es lo que posibilita que más
jóvenes puedan acceder, por lo tanto el propósito constante de la Tarumba de
contribuir a la construcción de un país mejor se esté dando.
La
Tarumba cumple 30 años y lo celebra con una temporada que promete ser
inolvidable. Bajo la dirección general de Fernando Zevallos, presenta su nueva
creación: Gala, un espectáculo lleno de humor, poesía, magia y color que tiene
como propósito hacer de la tradicional carpa roja y blanca, una auténtica
fiesta a la que todos estamos invitados.
En
Arequipa desde el lunes 13 hasta el 26 de Octubre.